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Read me

Hay cosas importantes de que hablar.

Qué poder tan curioso tienen las palabras ¿no creen?

Eso obvio que están acá para ver fotografías y, claramente, esa es la principal misión de mi web pero hay un asunto que considero importante: contarles de mi propuesta como fotógrafo.

Por lo que vamos directo al grano.

¿Fotografía con estilo documental?

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¿Qué significa esto?

Podemos decir que hoy, en el rubro de la fotografía de bodas, esto hace referencia a un estilo de fotografía que intenta brindar una representación sincera de las personas, lugares, objetos y momentos que suceden en una boda; donde el fotógrafo no posa ni controla la escena que sucede frente a él; la intervención casi no existe. Y haciendo énfasis en este último punto, los qué, cómo, cuándo, dónde y quién de ese día, cobrarán mayor valor en el resultado final.

Sumemos a esta idea mi punto de vista; el que formé, formo y formaré como fotógrafo. Es eso finalmente lo que uno está contratando.

Es muy importante para mí que conozcan el enfoque que tengo con mi fotografía en las bodas porque al ponerlo sobre la mesa podrán darse cuenta si va de la mano con lo que tienen pensado, si se sienten reflejados con estas palabras, con la manera en que se lleva a cabo el trabajo y para también equiparar expectativas.

Uno de los fotógrafos que me ha inspirado no sólo con sus fotos sino más bien con sus palabras es el célebre Henri Cartier-Bresson. Dos frases suyas tienen un impacto muy fuerte en lo que quiero proponer:

Vive y la vida te dará fotografías
— HCB
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Buen tip, ¿no? No hay mucho que agregar. Hay que disfrutar y estar presentes. Sepan que los momentos naturales y más honestos vienen de nosotros y son esos los que nos reflejan tal y cual somos; además, cuentan mejor la historia. Tu risa cuando algo verdaderamente te hizo reír. Tus lágrimas por eso que te hizo emocionar. Tus gestos y forma de ser. Son éstas las fotos verdaderas, cuando nada está forzado. No hay necesidad de que nadie te esté diciendo qué ni cómo hacer las cosas. Si eso empieza a suceder, tanto la autenticidad de uno, como la de tu día, se pierde.

Yo estaba ahí y así era la vida en ese instante tal como yo la vi
— HCB
Bride and groom ready for wedding portraits.

No intervenir o intervenir lo menos posible es en gran parte lo que les propongo. De nuevo, mostrar esos qué, cómo, cuándo, dónde y quién de ese día. Eso lindo que tiene la cotidianidad que no sé porqué a veces queremos esconder. Reconocer tu realidad con el correr de los años. Realmente disfruto mucho poder fotografiar con esto en mente. Y para serles honesto, ¿saben para quiénes son las fotos de su boda? ¡PARA USTEDES! ¡Nadie más! (ya sé, es obvio, pero hay que reforzarlo). Para su familia, sus hijos, sus amigos o aquellos que realmente importan. No son para la revista VOGUE ni para Pinterest ni para tener 839 likes en redes sociales (a menos que sí).

Bueeeno, sí… claro que existe un tiempo para los retratos formales (a pedido de la abuela), tanto de pareja como de grupos y que llevan una guía mínima; nada de otro mundo. Sin duda recomiendo hacerlos porque es muy raro que tengas a todas esas personas reunidas en ese tiempo y espacio.

Seguramente desde lejos podamos ver similitudes en todas las bodas: el ‘puede besar a la novia’, la entrega de anillos, el ramo o un primer baile, etc. Sin embargo, las pequeñas cosas suelen marcar una gran diferencia. Todo esto termina siendo un hermoso popurrí de situaciones y sentimientos únicos. Esos que sólo tú y los tuyos pueden ofrecer.

Mostrar el lado B de la vida en las bodas

Shit happens.

Shit happens.

El inicio. Tal vez el amanecer de tu ciudad o el tráfico de camino a tu casa. Un clima frío o caluroso. El hermoso hotel, la soñada hacienda o finalmente el patio de tu casa. Qué pasaban las noticias de la tele en el rincón de la habitación de tus preparativos. Las cervezas con tus amigos. Cómo armaban el salón de tu fiesta. Aquel momento en el que pensaste que se te perdieron los anillos. Las risas compartidas. El nerviosismo de saber si llueve o no. La ceremonia y sus protocolos. Las miradas repletas de emoción de tu familia y amigos al verlos ahí, en el centro de atención. Las lágrimas. Los niños. El beso. Los invitados con sus smartphones, tablets (?) o cámaras intentando LA foto — quejándose por supuesto del fotógrafo. Los meseros en chinga* llevando los tan esperados tragos para relajar (tal vez a alguno de ellos se le podría caer una bandeja? Porque como habrán visto, puede que esté ahí cerquita y festeje el haber tomado esa foto.) El baile. Caras raras. Los efectos del alcohol. El cierre. En fin, momentos “grandes” y momentos pequeños, todos ellos conformando un todo. Ninguno más importante que otro. La suma de todos ellos es a lo que queremos llegar.

Y yo quiero mostrárselas porque es muy posible que se las pierdan.

 *véanme aplicar modismos mexicanos ;) 

Mostrar el lado B de la vida en las bodas. En tu boda.

Así, tal como sucede.

Porque, ¿por qué no?

¡Los escucho!